
Ya estamos otra vez, momentos donde la decadencia humana y los instintos más primitivos de los humanos relucen de las profundidades de nuestra persona en busca de nuestra presa. LAS REBAJAS!
Es evidente que no estoy exagerando, bueno quizás un poco, pero la esencia de estos 2 meses del año (febrero y julio) tienen un poder sobre nosotros. Como todos los animales, hay algunos que sabemos reprimir más estos instintos primigenios que florecen en estas épocas. Pero en cambio, como la mujer de la foto de arriba, y de la multitud que aguarda tras ella, se ve que hay muchos que no. Muchos hacen sus planes durante el año, esperando la aparición del gran cartel rojo que les llama cual sangre al vampiro. Es una sed imperturbable, fuerte y totalmente adictiva. Hacen que actúen de forma extraña e imperiosa.
Algunos madrugran el día 7 de enero para formar filas frente al fuerte enemigo, los centros comerciales. Aguardan en la entrada, expectantes a la apertura de sus puertas para apoderarse de sus víctimas. La lucha no es fácil. Corren, miran (solo a veces) y atrapan. Muchas veces luchan con otro ser apoderado por los mismos instintos para conseguir su presa. Mientras otros, simplemente esperamos a encontrar algo, aunque sin mucho interés.
Como ya he dicho, durante estas épocas somos bombardeados por el cartelito rojo demoníaco que activa estos instintos. Prensa, televisión, radio, Internet, todo es invadido por este rojo intenso que da fuerza al ser irracional que tenemos dentro. Algunos caen y se dejan llevar por ese frenesí, mientras que otros ya estamos desengañados.
En rebajas el género no es el mismo. Sí, vale, puede ser que algo sea de la temporada actual, pero la gran mayoría es de antiguas temporadas o como dicen los empleados "género con quizás alguna pequeña tara". No, si encima que no encuentras nada tienes que andar con cautela y fijarte en la única talla que encuentras que no tenga tara...
A parte, como es evidente, una consecuencia es el la marabunta de gente en las calles. Si quieres ir a comprar, olvídate del viernes o el sábado. Las calles tranquilas pero transitadas de cada día pasan a ser un campo de minas donde tienes que ir esquivando a los seres primigenios que se han rendido a tales instintos. Una vez logras llegar a la tienda, empieza la busca de la prenda perdida. Si tienes una "M" solo vas a encontrar XL y XXL, tallas que ni con un apaño puedes arreglarte, y a la inversa. Entonces es cuando las personas que no hemos sido abatidos por esas necesidades creadas meditamos y decidimos si nos compensa este "infierno" por unos pantalones rebajados 10 o 20 euros.
Necesidades creadas, sí sí. La función del cartelito rojo no es solo la de despertar nuestro ancestro interior salvaje, si no que a parte logra crear nuevas "necesidades" en nosotros. Te hacen pensar en el jersey verde (que no necesitas) en los tejanos (que tampoco necesitas) y en los nuevos zapatos que pasaran a hacerles compañía a los muchos que ya tienes abandonados en el armario.
Simplemente, épocas en las que la gente actúa por instinto, lanzo un mensaje para que los centros comerciales hagan rebajas de verdad, de la ropa que el día 5 de enero estaba en sus estanterías, y con descuentos coherentes y no que saquen los restos de las temporadas pasadas mostrándolas como auténticas gangas con quizás "alguna pequeña tara".


1 comentario:
Mmm detalle importante: Las dos primeras marujis que siempre son las dos primeras en entrar en las rebajas del Corte Inglés: son de Santa Coloma!!!!!
Betty M. (Santako, siempre será Santako)
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